top of page

Cuarenta

  • Foto del escritor: Admin
    Admin
  • 4 ago 2021
  • 3 Min. de lectura

Meses han pasado desde mi último post. Diferentes personas me escribieron para preguntarme el motivo.

Simplemente no había nada que contar. Nada referente al deporte y mi enfermedad, quiero decir.

Compartir el pasar de mis días tumbado en una cama, no creo que sea demasiado interesante, ni mucho menos alentador, pero así ha sido y está siendo.


El dolor cervical, pasó a ser insoportable. Episodios muy desagradables de mareos hasta casi perder el conocimiento, vómitos, y unos dolores de cabeza increíbles a pesar de mi fuerte medicación, no hacían más que acrecentar mis ganas de pasar por quirófano de nuevo.


Algunos días podía sentarme en el sillón, pero tardaba muy poco en tener que volverme a tumbar.


Llegó abril, y con él, mi cuarenta cumpleaños.





Ese día, sería un punto de inflexión.

Iba a comenzar, como diría Juan de Los Chunguitos, los cuaaareeeenta años, con un cuello "nuevo", y unos bonitos y grandes proyectos.


Uno de ellos sería empezar de nuevo a estudiar. Sí, otra vez. Pero esta vez volver a la universidad. Sin prisa, sin agobios, tan sólo con la ilusión de iniciar un nuevo reto a ocho años vista, y que a su vez sirva para poder dedicarme a ello profesionalmente. Psicología es la elegida...o puede que me haya elegido ella a mí, cuestión de percepción.

Consciente que mi memoria, gracias en parte a mi "pequeña" ingesta de medicación, es de mecha muy corta, me lanzo a estudiar algo que me va a costar mucho, pero puede hacerme ayudar a más pacientes, y a personas con otras discapacidades.


¡Nunca es tarde para elegir que ser de mayor!

Puede que no termine, nunca se sabe. Pero desde luego, me voy a esforzar para lograrlo. Y la universidad que he elegido, me da esas facilidades, como ver las clases desde la cama.


Algo que tuve que parar durante unos días, debido a la tan ansiada cirugía.

De nuevo, mi amigo, el gran especialista en columna, el Dr.Gómez Rice, sería el encargado de dejarme como "seminuevo". No sin antes, abandonar por un tiempo prudencial el tratamiento de Adalimumab.


La cirugía estaba más que planificada. Todo el material preparado por mi también amigo José, de Prim.

Nelu a mi lado, y el resto de compañeros del Hospital HM Puerta del Sur, que no dejaron de mimarme.


Entré a quirófano arropadísimo por todos ellos, cerré los ojos esperando que la anestesia hiciese efecto, hasta despertarme en la UCI.





¡Todo salió perfecto! No podía ser de otra manera... confianza ciega en este enorme cirujano.


Una noche en la UCI y por la mañana me dejaron subir a la habitación con Nelu, ya que sangré muy poco.





Otra noche en planta, y al día siguiente estaba en casa. No había medicación intravenosa, ni siquiera la bomba de morfina, que superase los efectos de toda la medicación oral que tomo diariamente, por lo que el control del dolor sería el mismo. Ya no existía riesgo de infección, en el hospital estaban volviendo a surfear una nueva "ola"... ¡y mi cama es maravillosa! Se reunían todos los ingredientes para obtener el alta. Pero el tiempo que pasé allí, no pude estar mejor atendido.

Encontrarte al otro lado siempre es duro, pero con profesionales como estos, todo es más sencillo y llevadero.





El resultado se puede apreciar en el control radiográfico. Los osteofitos posteriores que producían la estenosis de canal, ya son historia, y he ganado un grandísimo espacio intervertebral. Ahora sólo hay que esperar unos meses a que todo se rellene de hueso para poder realizar, o al menos intentar movimientos más amplios del cuello.


Otra vez a casa, otra vez a la cama, y otra vez a clase de esta forma tan peculiar.

Por cierto, encantado con mis compañeros. ¡Algunas de ellas, se han preocupado y me han ayudado muchísimo!





Retomé mi tratamiento, unos días antes de vacunarme por fin, con la primera dosis

A propósito...todo es respetable, pero por miedos surgidos, y preguntas que me han hecho...

Sí, tengo más posibilidades que la vacuna pierda su efecto antes, pero siempre será mejor estar protegido el tiempo que sea. Y sobre si una es mejor que otra...en mi caso decidieron que por mi condición, fuese Pfizer.

Pero la peor vacuna, sin duda es la que no se pone.





Operado y cada vez mejor, vacunado, aprobando y esperando mi nuevo juguete...

Sí, mi nueva bici, estaba al llegar.


Mi primera gran alegría fue la primera asignatura aprobada. No me lo esperaba para nada después de como había transcurrido el primer cuatrimestre, y la segunda fue cuando llegó a casa mi nueva compañera de batallas...mi handbike.





Me faltó tiempo para probarla en un parking abierto muy cerca de casa.

Duré 5 minutos, ¡pero que maravilla!


Todavía queda coger bastante más fuerza, bajar los 12kg que he cogido, y adaptarme a manejarla antes de salir a carretera.

No importa, no tengo prisa. Pero lo haré sin duda.


Imposible empezar mejor los cuarenta. Nuevos estudios, nuevos compañeros, nuevo cuello, y nueva bici.


Muy motivado por lo que está por llegar, y siempre preparado para adaptarme.

¡Adaptarse, es poder!




 
 
 

Comentários


Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos

            Dossier informativo EA

Fundación española de Reumatología

© E.Agüera 2016

bottom of page