¿Querer es poder?
- Admin
- 6 dic 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 7 dic 2020
Llegó el día!.
Después de un deterioro físico sin precedentes, por fin, tras año y medio, me han llamado del hospital para retomar el tratamiento biológico.
Esta pandemia, ha dejado muchas víctimas, muchas familias rotas que no pudieron despedirse de sus seres queridos. Pero además, también hemos sufrido daños colaterales.
Tratamientos como el mío, quimioterapias....se han visto afectados.
Nunca sabré la evolución que habría tenido después de la cirugía lumbar, con una buena rehabilitación y mi biológico, pero ahora mismo, tampoco tiene mucha importancia.
Mi estado es el actual, y no caben las conjeturas. Como diría Andrés Calamaro, "vamos a seguir empezando de nuevo".
Pues bien, allí estaba yo el día 30, en la farmacia del Hospital General de Móstoles.
Pasé a consulta con la farmaceútica, por cierto...encantadora.
Me explicó todo, me dio mi caja de Sandoz y a casa a administrármelo.

Desde que tuve el shock anafiláctico con Infliximab (intravenoso), me pautaron Adalimumab (subcutáneo), Hyrimoz, aunque antes tenía Humira. Es un Biosimilar. ¡Lo importante es que sea efectivo!
Nunca había tenido grandes efectos secundarios hasta la fecha.
El segundo día, empecé a sentirme más flojo aún de lo que estoy, pero el tercero...¡fue brutal!.
Se acentuaron los dolores cervical, lumbar, articular....sumado a un tremendo dolor de estómago.
Al día siguiente, esos síntomas fueron remitiendo.
Iremos vigilando esto, pero si es el peaje que tengo que pagar por mejorar algo, bienvenidos sean esos efectos secundarios.
Hasta ahora no me he movido de casa, excepto para ir a mis diferentes consultas médicas.
El cuello ha dicho basta. La degeneración osteofitaria de mis cervicales, producen una gran estenosis de canal. Necesito estar en la cama, si no quiero que el dolor cervical y de cabeza tan fuertes, me produzcan unos grandes mareos, naúseas y terminar vomitando.
Parece que no queda más remedio que pasar por quirófano otra vez. Enero probablemente.
2021 no necesita mucho para mejorar a este fatídico 2020.
Tengo muchas ganas de volver a entrenar. Estoy estudiando alternativas a la bici convencional para poder hacerlo. Hay opciones de adaptarlo, y eso me gusta. Tengo la actitud necesaria para encontrar la forma.
Aunque la actitud, no siempre es suficiente...

¿Querer es poder?.
Yo quiero entrenar, quiero competir, ¿pero puedo correr?
Antes de la cirugía, corría cojeando con muchísimo dolor, y bastante "dopado".
Hoy es distinto. No tengo la fuerza motora necesaria para hacerlo. Es un movimiento que no me sale, independientemente del dolor que tengo. Puedo andar con bastones nórdicos, pero no correr. Estoy encerrado en el cuerpo de un anciano. Por lo tanto, puedo hacer ejercicio, pero no competir.
Bici, no puedo con esa posición. Adapté el rodillo, y el manillar de la bici que tengo en él. Pero ahora no soy capaz tampoco. Necesito un apoyo completo en toda la espalda y el cuello.
Nadar, ¡sí!. Ahora no, porque con el frío que hace, ni con neopreno podría. Tampoco salgo de casa para ir a una cubierta. Puedo hacer fuerza con gomas, pero ahora con el cuello así, es complicado.
Actitud, toda, pero no es posible.
Tengo dos opciones después de la cirugía, y algo que he oído sobre una vacuna de Pfizer...
O me quedo en casa, cada vez más "anquilosado", o acepto los cambios de mi cuerpo, me adapto y continúo.
Claro que voy a hacer deporte, competir, ya iremos viendo. Pero entrenar de un modo u otro, no tengo dudas.
Ahora bien, lanzar el mensaje de la actitud y el positivismo a la ligera, me parece una estafa psicológica, un fraude emocional, un cuento sobre, como diría mi amigo Antonio... unicornios.

La leyenda del unicornio, no es más que eso...una leyenda, que desmitificó Marco Polo.
Los griegos hablaban de un increíble caballo con un cuerno dotado de ciertos poderes mágicos.
Pero Marco Polo descubrió que en realidad se trataba del imponente, majestuoso, fascinante y perseverante rinoceronte.
Yo creo en rinocerontes.
Hay muchos tipos de discapacidad, y no podemos lanzar al aire el mensaje de, si quieres puedes... y que todo está en la mente. Alguien puede recogerlo, y por ende, causarle algún daño.
Debe primar la empatía. la individualización. Lo que puede conseguir una persona, otra no lo conseguirá y viceversa.
Puede así, generarse un sentimiento de frustración en algunos casos.
Las metas deben ser individuales y alcanzables.
Entonces puede entrar esa parte motivacional... "es muy difícil de conseguir, pero voy a esforzarme para hacerlo".
Por eso es importante confiar en profesionales que estudien y analicen la dificultad de cada reto.
Estamos acostumbrados a escuchar retos heroicos como una maratón o un Ironman.
Pero puede que el objetivo de una persona, sea dar un paseo por la calle y dar una vuelta a la manzana de su domicilio. La actitud es necesaria para poder afrontarlo.
Querer es poder es un mensaje muy "blanco", pero debemos ser realistas con nuestra situación y nuestras posibilidades, y construir una resiliencia.
Puede que no pueda hacer algo como yo quería, pero puedo adaptarme a mi situación, y no luchar contra ella, ya que nos va acompañar siempre.
Resiliencia, adaptación y perseverancia.
Comments