La sombra de lo que soy
- Admin
- 19 ene 2019
- 3 Min. de lectura
El 2018 en líneas generales no ha estado mal en lo meramente deportivo.
En cuanto a la EA, de los peores diría yo. Pero del dolor he aprendido también, la importancia de ayudar a los demás. Tengo esa posibilidad, y no la puedo dejar pasar. Dar toda la visibilidad posible a esta enfermedad.
Es vital llegar a conseguirlo, tener un diagnóstico precoz, para encontrar un tratamiento eficaz lo antes posible, evitar el dolor tan grande y desesperante que produce el proceso de fusión, y en consecuencia la anquilosis. Sin olvidarnos nunca de... cardiopatía, insuficiencia respiratoria, inflamación del intestino, uveitis, depresión...
También necesitamos tener una normalización de la enfermedad frente a la sociedad para su comprensión, y de cara también al mundo laboral.
Todo eso lo conseguiremos, porque reclamamos nuestra parcela, como han hecho y conseguido otras colectivos de enfermedades crónicas autoinmunes degenerativas.
Y dejando a un lado mi lado más político ;) , prosigo con el fin de año.
Acercándose la Navidad, tocaban comidas, cenas, y las típicas San Silvestres.
¡5 kilos he cogido comiendo turrones!
Destacando las cenas de Triarroyo y AMDEA, este año he bajado el número de eventos del calendario. Aunque el bocadillo de calamares en la Plaza Mayor, con mis hijos, no lo he perdonado.





De la San Silvestre tengo que decir, que a pesar de haberme pasado más tiempo sentado y andando con muletas, que entrenando, debo decir que no se me dio del todo mal.



De 643 participantes, 192 de la general y 105 de mi categoría (No PTS5)
Con la ayuda de la faja sacroiliaca, las vibraciones en la carrera han disminuido mucho, y ha bajado la intensidad del dolor en cada zancada.
Otra vez en el Circuito del Jarama con Tania, Rafa y Dani.
La verdad que fue una pedazo de mañana de Nochebuena la que pasamos. Es brutal correr allí.
¡Mi amiga Tania volvió a subirse al Podio! ¡Carrerón! y después, unos bocadillos acompañados de un buen zumo de cebada para recuperar.
Y así terminaba este 2018.

El 2019 llega cargado de proyectos e ilusiones.
En lo laboral, tengo tres grandes y bonitos proyectos. Se está dando forma a algo por lo que llevo mucho tiempo trabajando referente a mi profesión y otro audiovisual que estamos cocinando junto a una gran persona y profesional, que el destino ha querido poner en mi camino y me está dando la oportunidad de conocer.
Por el momento no puedo desvelar nada, pero iré dando detalles cuando corresponda hacerlo.
En lo deportivo, Los Campeonatos de España de Paraduatlón y Paratriatlón, mis pruebas favoritas, 6000m aguas abiertas de Navacerrada y Triatlón de Pedrezuela, pero sin duda este año es especial. Recorreré junto a dos compañeros de enfermedad, Javier Bas y Juanpe Vázquez, de asociación en asociación, toda España en bici de carretera, junto con un coche de apoyo, para dar visibilidad e informar sobre la EA. Más de 2200k durante 15 días. Un precioso y duro reto para el que debo entrenar mucho.
Entrenamientos que no van demasiado bien. O mejor dicho, no van.
He empezado el año con un brote del que me está costando recuperarme.
El Miércoles comencé mi nuevo tratamiento.
He pasado del Ratón (Infliximab), al Hamster Chino (Adalimumab)
Este es de los tratamientos más conocidos y utilizados para diversas enfermedades. Su nombre comercial es Humira. Es muy cómodo, ya que es subcutáneo. Una pluma sin más cada 15 días. se acabaron las interminables mañanas en Hospital de Día. Pinchazo en la tripa, y a seguir.
Tengo bastantes esperanzas depositadas en este tratamiento, del que no veré grandes resultados hasta las siguientes 12 semanas.
Hasta entonces, toca apretar los dientes, y dejar de ser la sombra de lo que era y soy.

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