Septiembre
- Admin
- 27 sept 2018
- 3 Min. de lectura
Tres competiciones en tres semanas.
No era nada fácil a priori, teniendo en cuenta como se desarrolló el mes de Agosto, pero finalmente...¡superado!.
Debutante en un triatlón como paratriatleta en Pedrezuela, y con mis compañeros del club a mi lado.
El agua estaba bien entrenada para los 750m de un sprint, y no suponía un problema.
Sentía las miradas de otros competidores por llevar neopreno y no ser veterano.
(Sólo veteranos y paratriatletas pueden llevar neopreno cuando está prohibido por la temperatura del agua)
No toda discapacidad es visible, y comprendo sus reticencias.
Aún llevando neopreno, y teniendo capacidad para ir rápido en este segmento, no lo hice. Es más, no lo hago nunca, ya que perder un par de minutos, para alguien que no tiene intención de ganar la prueba, no son importantes, y así se evitan tanto golpes, como llegar demasiado cargado a la T1.
Una vez que se alejaron todos, empecé a nadar a un ritmo constante por fuera, y aunque nadaba más metros, podía adelantar sin problemas sin encontrarme "atascos" al girar en las boyas.
La bici no fue mal. El dolor apareció pronto, y en las subidas lo pasaba regular, pero en las bajadas recuperaba tiempo, y descansaba la espalda.
El último segmento fue peor. Mi amigo y compañero de Triarroyo, Carlos Lara, pudiendo ir más rápido, corrió a mi lado dándome apoyo. El ritmo era lento hasta el kilómetro 4, que independientemente del dolor en la espalda y caderas, al calentarse las piernas, pude acelerar el ritmo, terminando en un buen tiempo. No fue mi mejor registro, pero tampoco lo era mi salud.
Finalizado y muy contento por ello.
Y para rematar el momento...podio como PTS5.
A mis 37 años, me subía por primera vez a un cajón.
Bonitos momentos, arropado por mis compañeros, y por el speaker, el periodista Javier Lázaro, gran profesional y un clásico del triatlón de Madrid.

El siguiente fin de semana, Sara Herrero (Federación Madrileña de Triatlón), me invitó al Duatlón de los Primeros Juegos Inclusivos de la Comunidad de Madrid celebrados en Las Rozas.
Allí coincidí con otros paratriatletas de otras clases, por los que sólo sentí una gran admiración, y más ganas de seguir compitiendo junto a ellos.
El Duatlón fue fácil, muy corto. Aún así, mi ritmo corriendo fue el mismo de siempre...bananero.
Pero lo importante era el motivo por el que estábamos allí.
LLegamos mi compi Rafa Alhama y yo al aparcamiento muy temprano. Allí coincidimos con María Gracia, presentadora de Telemadrid, que junto a Javier Calleja, presentaban la retransmisión de los Juegos en La Otra. (Los dos casualmente son los padrinos de Triarroyo).
Hicieron un magnífico trabajo durante todo el fin de semana.
Pues la mañana comenzó con una entrada de María en el aparcamiento con el coche echando humo. Ese motor necesitaba una revisión urgente...
¡Esperaba no terminar yo de la misma forma!
Nos encontramos una carrera muy bien organizada, con un montón de voluntarios, compañeros del Triatlón Las Rozas. Entre ellos Alberto Bimu, al cual le agradezco enormemente las fotos que me hizo.
Como no, allí se encontraba Javier Lázaro. No me imagino hacer una prueba y que él no esté allí. Es la voz del triatlón madrileño.
Terminado sin incidencias.
Muy emotivo con las entradas en meta de mis compañeros con discapacidad.

Por último faltaba otra travesía en aguas abiertas. El Sailfish Open Water Madrid Challenge 2018.
Una tarde estupenda en Buitrago de Lozoya.
Entraba a calentar al agua a las 18:00h. El agua perfecta. Muy limpia.
Una vez más, salí más tarde tras el pistoletazo de salida.
Eran dos vueltas de 1.900m. La primera fue bien, remonté bastantes puestos. Al terminar la primera vuelta, dudé si parar y tomarme el gel que llevaba en la manga del neopreno.
Me veía bien, y estaba remontando, pero...¿merecía la pena arriesgarse?. La respuesta es no.
Iba peor preparado que al 6000 de Navacerrada, y decidí pararme, y tomármelo aunque terminase de los últimos.
Buena decisión. Remonté 12 puestos, y llegué pidiendo la hora.
Que desagradecido es el cuerpo. Todo lo que cuesta llegar a un buen estado de forma, y en nada, se pierde. El cuerpo no tiene memoria.
Aún así, buen tiempo, 1h:20min. No es el mejor, ni el más rápido, pero el ritmo fue el de los entrenos.
Con esto, he terminado este intenso, pero muy satisfactorio mes de Septiembre, en el que gané mi primer triatlón en mi categoría, pero gané mucho más que eso, porque cada cometición que finalizo, gano a la enfermedad.
El próximo fin de semana, estaré en Puertollano, en las IVJornadas nacionales de Espondilitis Anquilosante.
El deporte queda a un lado, y toca escuchar y aprender más sobre la EA.

Comentarios